Verrugas

Verrugas de la piel, inofensivas, pero molestas

Las verrugas son infecciones de la piel o las mucosas producidas por el virus del papiloma humano (VPH). Se estima que existen más de 100 tipos de este virus y solo algunos de ellos se denominan de alto riesgo, por su capacidad de producir lesiones precancerosas o cáncer. Es el caso del VPH subtipos 16 y 18, que se relacionan con el 70% de los cánceres de cuello de útero. En cambio, los tipos más comunes de VPH tienden a provocar verrugas en la piel, en el área genital o anal.

En la mayoría de los casos, estas verrugas son indoloras e inofensivas, aunque resultan antiestéticas, ya que una pequeña área de la capa más superficial de la piel –la epidermis- se engrosa, se eleva por encima de la piel que la rodea y se torna rugosa (hiperqueratosis).


Más frecuentes en niñas

De acuerdo con datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 10%-12% de las verrugas aparecen en edad pediátrica y son más frecuentes en niñas que en niños. En las primeras surgen a los 13 años, mientras que en los varones lo hacen a los 14,5 años.


Transmisión por contacto directo e indirecto

Las verrugas se transmiten por contacto directo (de una persona a otra) o indirecto (con toallas u otros objetos que hayan sido utilizados por personas que tienen verrugas) y, sobre todo, pueden aparecer cuando existen en la piel o en las mucosas pequeñas roturas, que actúan de puerta de entrada a la epidermis. Una vez que el virus ha penetrado y tras un periodo de incubación que puede oscilar entre uno y algunos meses, se suele producir la infección que puede dar lugar a la verruga.

Las infecciones son más frecuentes en personas con el sistema inmunitario débil o deprimido.

Las verrugas de los genitales, en concreto, son muy contagiosas y pueden transmitirse de una persona a otra durante las relaciones sexuales, sean orales, vaginales o anales.


Hasta un centímetro de diámetro

Normalmente, las verrugas suelen tener un tamaño pequeño, de entre unos pocos milímetros de diámetro a un centímetro, y son de colores variables, como marrón grisáceo (las más comunes), del mismo color que la piel o rosadas (en caso de verrugas planas). Las personas afectadas pueden autocontagiarse a sí mismas al manipularlas o rascarlas y luego tocarse otras zonas de piel. En este caso, las verrugas aumentan de tamaño o se desarrollan otras nuevas.

Por lo general, no duelen, aunque puede suceder que, en ocasiones, sobre todo en el caso de las verrugas localizadas en las plantas de los pies resulten incómodas o molestas al llevar cierto calzado o caminar. En algunos casos, también pueden producir comezón.


Varios tipos de verrugas

El virus del papiloma humano (VPH) puede causar distintos tipos de verrugas:

  • Verrugas vulgares: asociadas al VPH subtipos 1, 2, 4 y 7. Son las más comunes y suelen desarrollarse en el dorso de las manos y los dedos y, menos frecuentemente, en cara, cuello y cuero cabelludo.

En los párpados, cara y cuello, el aspecto suele ser más alargado y pequeño; blandas al tacto y están unidas a la piel por un estrecho pedículo o tallo. Se llaman entonces verrugas filiformes.

A veces, también aparecen puntos negros en su superficie, que corresponden a capilares donde se han formado pequeños trombos. Su tamaño varía y pueden ser múltiples.

En otras ocasiones, se localizan debajo o alrededor de las uñas de manos y pies: son las verrugas subungueales y periungueales.

  • Verrugas planas: asociadas al VPH subtipo 3. Son más frecuentes en niños y adolescentes, suelen aparecer en la cara, en la frente y en el dorso de las manos. También las podemos encontrar en la cara anterior de las piernas. Sobresalen muy poco, su diámetro es de escasos milímetros y suelen ser múltiples.
  • Verrugas plantares: asociadas al VPH subtipo 1. Aparecen en las plantas de los pies y, como consecuencia de la presión que ejerce el peso del cuerpo, son planas también y, con frecuencia, dolorosas. En ocasiones, presentan puntos negros en su superficie. Son más habituales en personas que suelen caminar descalzas.
  • Verrugas genitales o condilomas acuminados: se localizan en los genitales (pene y vulva), en el área púbica, perianal y entre los muslos. Se transmiten por vía sexual.

Desaparición espontánea o con tratamiento

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), las verrugas desaparecen por sí solas en seis meses en el 30% de los casos y, en el 40%, a los dos años. Pero también pueden no hacerlo nunca o provocar dolor, algún tipo de molestia, aumentar su tamaño o resultar antiestéticas, sobre todo si aparecen en el rostro.

Si se opta por tratarlas, el tratamiento se basa, generalmente, en la destrucción de las verrugas por medio de diferentes métodos, pero no existe ningún tratamiento antivírico específico ni totalmente efectivo.

Los que han mostrado algún beneficio con  evidencia científica son:

  • El ácido salicílico: se aplica de manera tópica -combinado con el raspado posterior de la verruga con piedra pómez o una lima de uñas-. Es el único tratamiento que ha demostrado su eficiencia en estudios controlados.
  • La crioterapia: se aplica sobre la lesión una torunda con nitrógeno líquido. Como ventaja con respecto al método anterior aporta rapidez, pero es doloroso, deja cicatriz, y pueden precisarse varios tratamientos. Debe evitarse en cara, genitales y en niños menores de cuatro años.
  • Existe otra gran variedad de terapias, que van desde la aplicación de otros productos químicos, físicos o la utilización de cirugía, que será preciso valorar en caso de no ser efectivos o no estar indicados los tratamientos anteriores. La mayoría de las veces, las verrugas se eliminan de forma definitiva, aunque pueden volver a aparecer. Esta probabilidad es más alta, sobre todo en el caso de verrugas genitales que, en las mujeres, conllevan la necesidad de una revisión ginecológica completa.

Con las verrugas de gran tamaño o múltiples, así como de las situadas en zonas delicadas como el rostro o la planta del pie, se debe acudir al dermatólogo.

Diez recomendaciones para prevenir las verrugas

Las siguientes precauciones pueden ayudar a prevenir la aparición de verrugas, tanto en la piel como en las mucosas:

  • 1. No camines descalzo en instalaciones públicas.
    Para evitar las verrugas plantares, es conveniente que en piscinas, saunas, gimnasios, vestuarios, duchas… emplees chanclas o el tipo de calzado correspondiente.
  • 2. Usa calcetines limpios todos los días.
    Mantén también una higiene adecuada de los pies, sobre todo entre los dedos, con un exhaustivo lavado y secado.
  • 3. Evita el contacto directo con las verrugas de otra persona.
    Y tampoco toques objetos suyos personales, como toallas. Si lo haces, lávate después las manos minuciosamente, al igual que tras haber tocado tus propias verrugas, con el fin de evitar que se propaguen.
  • 4. No manipules la verruga por tus propios medios.
    No la extirpes cortándola, quemándola o arrancándola, porque puedes empeorar la lesión y/o favorecer el autocontagio.
  • 5. Cúbrela con un apósito.
    Contribuye a disminuir el riesgo de transmisión.
  • 6. Recurre a soluciones para el alivio sintomático de las verrugas plantares.
    Para las verrugas plantares, habituales en la planta del pie, puedes usar algún apósito almohadillado de venta en farmacias que, al disminuir la presión en la zona, contribuye a disminuir el dolor. Utilizar un calzado adecuado, evitando los tacones altos o zapatos que compriman excesivamente el pie, también puede ser una medida para mejorar la sintomatología dolorosa en estos casos.
  • 7. Vigila la aparición de ciertos signos.
    Existen algunos síntomas que evidencian posibles complicaciones: aumento del dolor, sangrado que no cesa, cambios en la forma o el color o secreción en forma de pus o fiebre. Si aparecen, consulta con tu médico.
  • 8. Lava la lima que uses para tratar tu verruga antes de volver a usarla.
    De esta manera, evitarás que se propague el virus a otras partes del cuerpo. Tampoco uses la misma piedra pómez.
  • 9. Usa preservativo cuando mantengas relaciones sexuales.
    También puedes informarte sobre las vacunas que pueden prevenir algunos tipos del VPH, causantes de las verrugas genitales, actualmente disponibles para mujeres. En el caso de padecer verrugas genitales, acude al médico y deja de fumar (el tabaquismo favorece la persistencia de la infección).
  • 10. Consulta al dermatólogo.
    Debes acudir al dermatólogo si tus verrugas son numerosas y grandes; están localizadas en otras áreas, como el rostro o la planta del pie; son persistentes y no ceden con estos tratamientos; si surgen complicaciones o si tienes el sistema inmunitario debilitado, como por ejemplo, si padeces VIH.