Vías de administración de medicamentos

¿Qué es la vía de administración de un medicamento?

La vía de administración de un medicamento es la manera en que llega a nuestro cuerpo, cómo se introduce en el organismo. Se escoge la más adecuada en función de las características del paciente -lugar, edad y estado- y del tipo de tratamiento que requiere su dolencia.

Influye también la forma farmacéutica, que es, según la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), “la forma externa que adopta un fármaco y la que hace posible, fácil y eficaz su administración”. Es decir, un medicamento con un mismo principio activo -que es la sustancia o mezcla de sustancias destinadas a ejercer una acción terapéutica o diagnóstica que lo componen- puede presentar varias formas farmacéuticas. Por ejemplo, un mismo  medicamento puede ser administrado como inyectable, comprimido o supositorio, y cada una de ellas constituye una forma farmacéutica. Y, por otra parte, para cada vía de administración hay formas farmacéuticas diferentes.

Reseñar también que, en los últimos años, aparte de las formas farmacéuticas convencionales, se han venido desarrollando otras denominadas de liberación modificada, diseñadas variando el lugar o la velocidad a la que es liberado el principio activo del medicamento.

En cualquier caso, la elección de otra forma farmacéutica y su vía de  administración deben ser indicadas por el profesional sanitario correspondiente.


¿En qué consiste la vía oral para tomar medicamentos?

El medicamento es introducido en el organismo a través de la boca, donde es deglutido, pasa al estómago y al intestino, donde es absorbido y desde donde ejerce su acción terapéutica. Es la vía más frecuente, pues cuenta con la ventaja de ser segura y poco costosa, además de no provocar dolor y permitir al paciente tomar la medicación por sí mismo. En caso de intoxicación, permite su eliminación del organismo mediante lavado gástrico o bien por inducción del vómito. En general, los fármacos que se administran por esta vía suelen ser muy estables, lo que ofrece ventajas para su transporte y almacenamiento.

Entre sus desventajas se halla que no es apta para personas con problemas para deglutir, que tengan vómitos, que tengan dañado su tubo digestivo o que estén inconscientes. En caso de que el medicamento pueda ser degradado por los jugos digestivos, esta vía no podrá utilizarse. Por otra parte, el tiempo desde su ingesta hasta el inicio del efecto puede ser algo prolongado, por lo que no será muy útil en caso de que se precise un inicio de acción rápido por un problema urgente. Además, su sabor puede ser desagradable y, por otra parte, existen fármacos que pueden irritar el tracto digestivo (como el ácido acetilsalicílico y muchos otros antiinflamatorios no esteroideos –AINE-).

Otra limitación de la administración por vía oral es que el fármaco ha de seguir una larga ruta a través del sistema digestivo y, aunque la absorción puede comenzar en la boca y en el estómago, suele producirse en el intestino delgado. Teniendo en cuenta que tanto la pared intestinal como el hígado metabolizan muchos fármacos, la cantidad de principio activo que finalmente alcanza el torrente sanguíneo se ve reducida.

Además, la ingestión de alimentos o de otros medicamentos puede afectar a la cantidad y la rapidez con que se absorbe el medicamento. Por ello, algunos deberán tomarse en ayunas, mientras que otros han de ingerirse con comida y otros no deben ingerirse junto con ciertos fármacos o con determinados alimentos.

Por fortuna, la mayoría de los fármacos no modifican su actividad debido a los alimentos, lo que permite asociar la toma de la medicación a las diferentes comidas, y eso mejora la adherencia al tratamiento.

Las formas farmacéuticas que pueden ser administradas por la vía oral pueden ser sólidas o líquidas. Entre las formas sólidas, podemos encontrar, por ejemplo, comprimidos, cápsulas y polvos; y entre las formas líquidas, existen jarabes, gotas o formas en elixir o en  suspensión.

Existen otras dos variedades de administración por vía oral, que son la vía sublingual (fármacos se colocan o aplican bajo la lengua) y la vía bucal (entre las encías y los dientes). Las formas farmacéuticas más habituales que se administran por esta vía son los comprimidos, aunque en la actualidad existen otras formas como el spray, que se colocan o aplican debajo de la lengua y se mantiene la boca cerrada durante unos minutos con el fin de permitir su absorción. La vía sublingual se utiliza cuando se requiere una acción inmediata del medicamento, como por ejemplo, en el caso de la nitroglicerina sublingual para el tratamiento de la angina de pecho.


¿Cómo se administran los medicamentos por vía tópica?

En la vía tópica, el medicamento se aplica directamente sobre el área donde habitualmente ha de hacer efecto (la piel o las mucosas). Dentro de esta vía, existen:

Las cremas se administran por vía cutánea, sobre la piel.
  • Vía cutánea (o tópica propiamente dicha): se aplica el fármaco sobre la piel buscando un efecto local. Es la vía que suele usarse en caso de trastornos que afectan a algunas áreas de la piel como eccema, psoriasis, infecciones. Para ello, el principio activo se mezcla con sustancias inactivas que dotarán de distintas texturas al medicamento: ungüentos, cremas, lociones, soluciones polvo o gel.
  • Vía percutánea o transdérmica (a través de la piel): determinados medicamentos se introducen en el organismo mediante parches que se colocan en la piel. Estos liberan el principio activo de forma regular y paulatina –puede oscilar entre las 24 horas y los siete días-, pasa al torrente sanguíneo y se mantiene constante en la sangre sin que sea necesaria una inyección. Por tanto, la vía transdérmica constituye una excepción dentro de la vía tópica, ya que los fármacos aplicados van a tener un efecto general a nivel de todo el organismo. Esta vía de administración es especialmente útil para conseguir un efecto mantenido en el tiempo y evita que hayan de tomarse con mucha frecuencia, lo que facilita el cumplimiento. Por ejemplo, la nicotina (para dejar de fumar), la nitroglicerina (para el dolor torácico), la escopolamina (para tratar los trastornos debidos al movimiento), la clonidina (para la hipertensión) y el fentanilo (para el alivio del dolor). Sin embargo, la vía transdérmica cuenta con las desventajas de que los parches pueden irritar la piel, producir reacciones alérgicas locales, son poco cómodos y estéticos en algunas circunstancias (piscina, playa, sudoración durante el deporte) y de que solo pueden usarse en caso de que los fármacos utilizados se absorban bien por la piel y que no requieran una concentración muy elevada en sangre para conseguir su efecto. Además, dado que hace falta un cierto periodo de tiempo para que el principio activo alcance unos niveles estables en la sangre, solo ha de emplearse para tratar procesos subagudos o crónicos.
  • Vía vaginal: algunos fármacos pueden introducirse en el organismo por la vagina, donde son absorbidos por su pared. Es el caso de los óvulos, comprimidos vaginales, cremas, geles y anillos vaginales. También pueden colocarse por esta ruta dispositivos intrauterinos. Por ejemplo, es una vía habitual para administrar estrógenos a las mujeres durante la menopausia. Otras vías son la uretral o la vesical, donde se aplican fármacos para combatir por ejemplo infecciones a ese nivel.
  • Vía ocular u oftálmica: por esta vía se tratan de manera local trastornos oculares como la conjuntivitis o el glaucoma. Según la sustancia con que se mezclen, los medicamentos tendrán forma de líquido -colirios-, gel o ungüento, que se aplican directamente en el ojo. Vía ótica (oído): se aplican por esta vía los medicamentos usados para tratar la inflamación y las infecciones de oído. Suelen tener forma de gotas óticas que se aplican directamente sobre el conducto auditivo externo, mientras se estira ligeramente la oreja hacia afuera y hacia arriba, después de haberla limpiado bien.
  • Vía nasal: los vaporizados nasales son gotitas de medicamento suspendidas en aire atomizado que se introducen por la nariz, donde son absorbidas por la membrana que recubre los conductos nasales. Los fármacos que se administra de esta manera suelen ejercer un efecto rápido, aunque algunos irritan los conductos nasales.

¿Cómo es la vía rectal?

Algunos de los medicamentos que se administran por vía oral pueden introducirse en el organismo por vía rectal en forma de supositorio, cuando el paciente tiene problemas para deglutir o sufre náuseas o restricciones en la alimentación. También puede utilizarse, por ejemplo, cuando el sabor o el olor del medicamento por vía oral resulte insoportable para el paciente -lo que sucede más frecuentemente en niños-, o la vía oral sea irritante para la mucosa gástrica.

Otras formas farmacéuticas que se introducen por el recto son las cápsulas rectales, las pomadas rectales y las soluciones o dispersiones, como los enemas. Estos pueden contener un medicamento o usarse solo para limpiar el área.La vía rectal, por tanto, puede utilizarse tanto para tratar la zona localmente -inflamaciones, úlceras, hemorroides…- como para conseguir un efecto general en el organismo, ya que la mucosa que recubre el recto contiene abundantes vasos sanguíneos, lo que facilita la rápida absorción del principio activo y su distribución por todo el cuerpo. Aun así, dado que la absorción es irregular e incompleta y algunos medicamentos pueden irritar la mucosa rectal, el supositorio solo debe considerarse cuando la alternativa oral no puede emplearse. Pueden administrarse por esta vía, por ejemplo, el paracetamol, el diazepam y los laxantes


¿Qué es la vía inhalatoria?

En la vía inhalatoria, el medicamento es atomizado en gotas diminutas -más pequeñas que las de los vaporizadores que se usan en la vía nasal- que pasan por la tráquea y entran directamente es los pulmones. Cuanto menor sea el tamaño de las gotas, mayor será la profundidad a la que llegará el medicamento y, por tanto, la cantidad absorbida por el organismo. Puede ser administrado por la boca mediante inhalación o por la nariz mediante nebulización. Por lo general, esta vía se suele utilizar cuandoes necesaria una acción local y rápida de un medicamento para tratar enfermedades pulmonares, como el asma, al tiempo que se desean evitar efectos secundarios en otras partes del organismo.

Generalmente, se administran pocos fármacos por esta vía y suele tratarse de aquellos que actúan de manera específica en los pulmones. Para la aplicación del medicamento, se usan distintos tipos de dispositivos, como aerosoles, nebulizadores e inhaladores de polvo seco. Es muy importante que el paciente sepa utilizar correctamente estos dispositivos y consultar las dudas acerca de su uso al profesional sanitario, ya que de ello depende que el medicamento sea completamente eficaz.

Por otra parte, puede haber efectos secundarios producidos por el fármaco cuando este se deposita directamente en los pulmones o como consecuencia de que el dispositivo esté contaminado por no haberse limpiado adecuadamente.


¿En qué consiste la vía parenteral?

Hay medicamentos que se administran mediante una inyección. Entre las vías de administración más habituales por esta podemos mencionar:

  • Vía subcutánea (bajo la piel): la aguja se inserta en el tejido graso, justo debajo de la piel, generalmente del abdomen o los muslos. Por ejemplo, se administra por esta vía la heparina, así como determinados fármacos que, de ser suministrados oralmente, serían destruidos en el tracto digestivo, así como otros mediante la implantación de cápsulas bajo la piel, como algunos anticonceptivos, aunque es una vía de administración poco usada.
  • Vía intramuscular (en un músculo): se recurre a esta forma de administración cuando el volumen del fármaco es mayor. La aguja es también más larga, ya que los músculos se hallan a mayor profundidad, bajo la piel y los tejidos grasos. Las zonas de punción más frecuentes son un músculo del antebrazo, el muslo o la nalga.
  • Vía intravenosa (en una vena): puede hacerse pinchando directamente en la vena mediante la utilización de un catéter o en perfusión, utilizando frascos o bolsas de suero que contienen el medicamento disuelto. Es el caso de algunos antibióticos. Dado que el fármaco llega inmediatamente al torrente sanguíneo, su efecto es más rápido que si se administrara por cualquier otra vía. Además, es la mejor manera de introducir dosis precisas en todo el organismo de una manera bien controlada y de evitar dolor o daños en los tejidos, en el caso de que haya que administrar soluciones irritantes. Sin embargo, es más difícil de administrar que la inyección subcutánea o intramuscular y, además, el efecto puede durar menos tiempo. aunque también hay formas de administrar la medicación intravenosa en infusión continua.

Las tres vías anteriores son las más comunes dentro de la vía de administración parenteral, sin olvidar que hay otras vías de administración parenteral, como la intratecal (alrededor de la médula espinal), intradérmica, intraarticular, intrapleural, intraparitoneal, intravítrea o intraventricular.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.