Virus del Nilo Occidental

De la mano de Carlos Chaccour, Profesor de Investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona y la Universidad de Navarra, analizamos qué es el virus del Nilo Occidental, cómo se transmite, sus síntomas, causas y posibles complicaciones, así como las medidas para poder prevenir su contagio.

¿Qué es el virus del Nilo Occidental?

El virus del Nilo Occidental es un virus de la misma familia a la que pertenecen el virus del dengue, la fiebre amarilla y el Zika. Afecta, primordialmente, a aves silvestres, incluyendo aves que migran a Europa desde África y el Medio Oriente, y se transmite de las aves a los seres humanos mediante la picadura de mosquitos. La fiebre del Nilo occidental es la enfermedad causada por el virus del mismo nombre.


¿Existe riesgo de infección por el virus del Nilo Occidental?

Cada año se producen en Europa casos esporádicos y brotes ocasionales que han llegado a afectar a cientos de personas principalmente en el sur de Europa. En 2018 se reportaron mas de 1.600 casos y 166 muertes. En España, en el verano de 2020 ocurrió un brote de 75 casos en Andalucía y Extremadura.


¿Cómo se transmite?

El virus del Nilo occidental circula entre aves silvestres y migratorias transmitiéndose mediante la picadura del mosquito común (Culex spp.). Los mosquitos del género Aedes (mosquito tigre) pueden infectarse en el laboratorio, pero su papel en la transmisión a la naturaleza es dudoso.  

A mayor número de mosquitos, mayor riesgo de transmisión de la enfermedad en una zona determinada. El mayor o menor número de mosquitos de una región dependerá de muchos factores, pero las altas temperaturas y la presencia de aguas estancas donde puedan depositar sus huevos y desarrollarse las larvas son factores importantes.

En aves silvestres, el virus puede replicarse hasta alcanzar altos niveles, lo que facilita que se infecte un gran número de mosquitos al alimentarse de ellas. Son estos mosquitos los que transmiten la enfermedad a caballos y personas y aunque estos pueden sufrir la enfermedad, el virus no puede alcanzar altos niveles y no puede pasar de ellos a nuevos mosquitos, por lo que se les considera un “callejón sin salida” en la transmisión.

En España, las marismas del Guadalquivir son el lugar donde se han localizado los brotes más recientes en caballos y personas. Esta región reúne todas las piezas clave para la transmisión: se encuentra directamente en la ruta de numerosas aves migratorias de África y Oriente medio, tiene una gran población local de aves silvestres, y se compone de tierras cálidas y anegables donde abundan las larvas de mosquitos Culex.


¿Qué otras formas de transmisión tiene el virus del Nilo Occidental?

El virus del Nilo Occidental se puede transmitir también por:

  • Transfusión sanguínea de alguien enfermo: esta ruta es improbable en España ya que la sangre de donantes suele testarse para el virus del Nilo Occidental.
  • Vía materno-fetal: es posible que una madre transmita a su hijo el virus in útero, pero esta posibilidad es muy pequeña, y la infección por dicho virus en fetos no se asocia a consecuencias graves en el niño.
  • A través de la lactancia materna: hay un único caso reportado en Estados Unidos y sin consecuencias graves para el bebé.

¿Cómo NO se transmite?

Hay que destacar que el virus del Nilo Occidental no se transmite:

  • Por gotas o vía aérea.
  • Por contacto directo con personas o animales infectados.
  • Por comer carne (cocida) de aves o caballos infectados.

¿Qué síntomas causa el virus del Nilo Occidental?

La infección por el virus del Nilo Occidental es asintomática en aproximadamente el 80% de las personas.

En los casos sintomáticos, y tras un período de 14 días de incubación, una de cada 5 personas infectadas presenta síntomas leves de aparición súbita que incluyen:

  • Fiebre
  • Malestar general
  • Dolores musculares
  • Dolor de cabeza
  • Vómitos
  • Rash (erupción cutánea)
  • Fatiga

La inmensa mayoría de los pacientes se recupera completamente en el curso de siete días. En algunos casos, la fatiga posterior a la infección puede durar semanas o meses, y menos del 1% (1 de cada 150-250) padece una infección severa que afecta al sistema nervioso central causando encefalitis (inflamación del cerebro) o meningitis (inflamación de las membranas que recubren el cerebro). Esta forma de la enfermedad es mas frecuente en personas mayores de 60 años o que padecen de alguna otra enfermedad como cáncer, diabetes o inmunosupresión. En estos casos pueden presentarse síntomas como:

  • Fiebre alta.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Desorientación.
  • Somnolencia.
  • Cuello rígido.
  • Convulsiones.
  • Parálisis.
  • Coma.

En torno a 1 de cada 10 personas con la forma grave de la enfermedad muere (aproximadamente 1 de cada 1.500-2.500 infectados).

¿Cómo se diagnostica la fiebre del Nilo Occidental?

El diagnóstico de la fiebre del Nilo Occidental se inicia con la sospecha del médico basada en la epidemiología y los síntomas del paciente. La prueba definitiva de la infección se centra en la realización de un test de anticuerpos contra el virus en sangre o líquido cefalorraquídeo. Esta prueba sólo es positiva en 5-6 de cada 10 infectados al inicio de los síntomas, pero puede llegar a 9 de cada 10 en caso de formas graves de la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento?

No existe un tratamiento específico para la fiebre del Nilo Occidental. En caso de enfermedad leve, el médico indicará control de los síntomas con analgésicos, reposo e hidratación. Los casos graves requieren hospitalización, soporte y monitorización intensa.

¿Se puede prevenir la fiebre del Nilo Occidental?

No existe vacuna para la fiebre del Nilo Occidental. En zonas endémicas como el sur de España, las autoridades sanitarias monitorizan la transmisión de la enfermedad testando a caballos, aves y mosquitos con regularidad, lo que permite alertar a la población en caso de repuntes en las infecciones a este nivel.

No existe un tratamiento específico para la fiebre del Nilo Occidental.
Las personas que viven en zonas endémicas deben tomar medidas como el uso de repelentes.

Los meses de mayor actividad del mosquito en España son de abril a noviembre, con pico a final del verano y principio del otoño. Esto se debe a la temperatura favorable (el calor acorta el tiempo necesario para que el virus se desarrolle dentro del mosquito) y mayor abundancia de charcos (y por lo tanto de mosquitos) al comenzar las lluvias.

Es crucial para aquellas personas que vivan o visiten las zonas endémicas, tomar medidas para prevenir las picaduras de mosquito durante estos meses. Entre estas medidas, se incluyen:

  • Colocar mosquiteras en ventanas y puertas.
  • Usar repelente de mosquitos que contenga un ingrediente eficaz como el DEET (N,N-diethyl-meta-toluamida).
  • Usar ropa que cubra brazos y piernas al completo.
  • Impregnar la ropa con permetrina al 0.5%.
  • Tomar medidas para disminuir los criaderos de mosquitos alrededor del hogar (como evitar charcos y cubrir los reservorios de agua).

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.


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