Virus respiratorio sincitial

¿Qué es el virus respiratorio sincitial?

El virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de enfermedades respiratorias en bebés y niños menores de dos años. Del género Pneumovirus, pertenece a la familia de los Paramixovirus. El nombre sincitial, proviene de los vocablos griegos -syn- que transmite la idea de fusión, y -cytos- célula. Las lesiones que provoca muestran alteraciones de las paredes de las células respiratorias afectadas generando masas de células fusionadas.

Este virus afecta a personas de todas las edades. En adultos y niños mayores normalmente provoca síntomas típicos del resfriado o es asíntomático, mientras que en niños pequeños principalmente, ancianos, personas con enfermedades crónicas como cardiopatías, asma, bronquitis crónica e inmunodeprimidos este virus es capaz de causar grandes epidemias de bronquiolitis -inflamación de las vías respiratorias más pequeñas (bronquiolos) – y neumonía -infección del pulmón-.

En concreto, de acuerdo a un reciente estudio publicado recientemente en la revista The Lancet Respiratory Medicine, la infección respiratoria aguda que produce el virus respiratorio sincitial lleva a la hospitalización de uno de cada 56 recién nacidos sanos y no prematuros.


¿A cuántos niños afecta el virus respiratorio sincitial?

El virus respiratorio sincitial es la causa más frecuente de infección de las vías respiratorias bajas (bronquios y bronquiolos) en los bebés y niños pequeños. De hecho, hacia los cuatro años, casi todos los niños ya han contraído la infección, generalmente, en el primer año de vida, aunque en la mayor parte de las ocasiones ha cursado como un catarro o de forma asintomática.

No obstante, según datos publicados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es el responsable del 40% de las bronquiolitis y del 25% de todas las neumonías virales en niños pequeños.

En España, de acuerdo a la Asociación Española de Pediatría (AEPED), se estima que las infecciones por este virus originan anualmente entre 15.000 y 20.000 visitas pediátricas de urgencia y de 7.000 a 14.000 hospitalizaciones.


¿Por qué se ha convertido ahora en motivo de preocupación?

Se trata de un virus estacional que, normalmente, se presenta en los meses de invierno. En el hemisferio norte, en concreto, la mayor incidencia se produce desde principios de noviembre hasta marzo.

En la actualidad, se ha convertido en motivo de especial preocupación debido a que este año los casos han empezado a aumentar antes de lo habitual, ya en primavera, -aunque el incremento ha sido evidente desde octubre-, así como a su mayor velocidad de propagación y al mayor número de hospitalizaciones debido a este motivo.

Algunos expertos achacan este incremento a la supresión de las medidas de seguridad -confinamientos, distancia social, uso de mascarillas, lavado frecuente de manos, etc.- establecidas para evitar la propagación del COVID-19 en 2020 y 2021.


¿Cómo se transmite el virus respiratorio sincitial?

La única fuente de contagio es el paciente infectado. Se trata de un virus muy contagioso, de fácil propagación, que puede sobrevivir hasta siete horas en superficies no porosas. Se transmite por el contacto directo con las secreciones de las vías respiratorias altas -de la nariz y la faringe- de una persona infectada o a través de sus gotas de saliva.

En el organismo, puede penetrar tanto por el ojo, como por la boca y la nariz, en cuyas mucosas se multiplica posteriormente. La principal vía de contagio es la aérea pero también se dan por contacto de las mucosas (ojos, nariz y boca), después de tocar por ejemplo las manos de una persona que acaba de estornudar o toser sobre ellas y, de forma menos frecuente, por contacto con superficies sobre las que se ha estornudado o tosido en las 7 horas anteriores. De ahí que las medidas de prevención sean las comunes a los virus de transmisión respiratoria como COVID-19 o gripe.

Los pacientes infectados pueden transmitir el virus durante un periodo que varía de 3 a 8 días tras el inicio de los síntomas y en el caso de lactantes o niños muy pequeños, pueden transmitirlo incluso durante 3 a 4 semanas.

La inmunidad que genera la infección por este virus es local y en la mucosa respiratoria. Es de poca duración, lo que explica las frecuentes reinfecciones.


¿Qué síntomas produce el virus respiratorio sincitial?

En adultos y niños mayores, la infección por virus respiratorio sincitial puede ser asintomática o manifestarse como una sinusitis o un resfriado común. En este caso, son comunes síntomas como congestión nasal, moqueo, tos seca, estornudos, fiebre baja, dolor de garganta y/o de cabeza, y disminución del apetito. En los bebés, además, puede darse irritabilidad, dificultad para respirar y menor actividad.

Sin embargo, en los grupos de riesgobebés menores de seis meses y prematuros, niños con cardiopatías congénitas, asma, fibrosis quística o trastornos neuromusculares como la distrofia muscular, mayores de 65 años y personas de cualquier edad con el sistema inmune deprimido o enfermedades cardiacas o pulmonares– pueden presentarse cuadros graves.

En este caso, pueden aparecer síntomas como fiebre, deshidratación, tos intensa, sibilancias, dificultad para respirar y color azulado de la piel debido a la falta de oxígeno. Además, en el bebé, puede haber respiración superficial, corta y rápida, gran dificultad para respirar, aletargamiento o somnolencia, irritabilidad y pérdida de apetito.

Igualmente, pueden desarrollarse, como veremos más abajo, complicaciones como la neumonía y la bronquiolitis.

Los niños y niñas que padecen el virus respiratorio sincitial (VRS) se recuperan en una o dos semanas con medidas en el hogar para tartar la fiebre, y el dolor.
Los niños y niñas que padecen el virus respiratorio sincitial (VRS) se recuperan en una o dos semanas con medidas en el hogar.

¿A qué complicaciones pude dar lugar el virus respiratorio sincitial?

En los grupos de riesgo mencionados, el virus puede originar las siguientes complicaciones:

  • Neumonía -inflamación de los pulmones- y bronquiolitis -inflamación de los bronquiolos, que son las vías respiratorias más pequeñas -. Tienen lugar si el virus se extiende de las vías respiratorias altas a las inferiores. Pueden revestir gran gravedad en las personas de mayor riesgo y, aunque muy raramente, puede llegar a provocar la muerte.
  • Infecciones del oído medio. Sobre todo, en bebés y niños pequeños, el virus respiratorio sincitial puede penetrar en el espacio de detrás del tímpano y causar otitis media.
  • Asma. Las infecciones graves por virus respiratorio sincitial podrían estar asociados a un mayor riesgo de desarrollar asma en algún momento posterior de la vida.
  • Infecciones recurrentes. Dado que la inmunización del virus tras la enfermedad no es total, existen posibilidades de volver a contraer la infección, incluso en la misma temporada.

¿Cómo se trata el virus respiratorio sincitial?

Normalmente, niños y adultos se recuperan en una o dos semanas con medidas en el hogar que permitan tratar los síntomas como aliviar la fiebre y el dolor con medicamentos -como paracetamol o, a partir de los seis meses, ibuprofeno- y beber líquido en abundancia para combatir la deshidratación.

En caso de bebés y niños muy pequeños, se han de extraer las secreciones nasales con un spray o gotas de solución salina, o mediante un aspirador nasal.

En casos de gravedad, puede ser necesaria la hospitalización, donde se administrarán oxígeno para aliviar la dificultad respiratoria y líquidos por vía intravenosa para tratar la deshidratación. En ocasiones, puede ser necesario recurrir a un respirador. El uso de antivirales está en estudio y su eficacia es aún dudosa.


¿Existen vacunas para el virus respiratorio sincitial?

En la actualidad, no existe una vacuna eficaz para esta infección, aunque sí se están realizando avances en este campo. De hecho, cuando llegue esta vacuna, según el estudio de The Lancet Respiratory Medicine, vacunar a las mujeres embarazadas o a los bebés nacidos sanos durante su primer invierno podría tener un impacto importante en la carga sanitaria que producen los casos más graves de infecciones por este virus. Las vacunas son difíciles de desarrollar por el tipo de virus y por las condiciones de los pacientes de más riesgo. Están en estudio varios tipos de vacunas, entre ellas las de RNA mensajero, como las desarrolladas para Covid-19, pero de momento no hay disponibilidad de una vacuna eficaz.

Por otra parte, existen fármacos, denominados anticuerpos monoclonales, que podrían mostrar cierto grado de eficacia en casos de pacientes de alto riesgo. Por su perfil de seguridad, al requerir una inyección, generalmente mensual y por su coste, se administra solo a grupos de riesgo muy concretos como bebés muy prematuros o los que tienen problemas respiratorios o cardíacos graves.

Lo que sí está plenamente demostrado es que la aplicación de medidas preventivas tiene un gran impacto en la transmisión. Durante los años 2020 y 2021, la incidencia de infección por VRS fue muy baja debido a las medidas aplicadas por la pandemia COVID-19.

Cuando existe un paciente infectado, el uso de medidas para ese paciente y su entorno son muy útiles: uso de mascarilla, lavado de manos y superficies, ventilación, evitar contactos con personas vulnerables…

7 consejos para prevenir las infecciones por el virus respiratorio sincitial en bebés

La prevención sigue siendo la mejor aliada a la hora de proteger a los bebés y niños pequeños de esta infección respiratoria y sus posibles complicaciones. Se recomienda seguir las siguientes medidas:

  • 1. Lávate las manos con frecuencia y, sobre todo, antes de tocar a tu bebé.
    Hazlo con agua y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas. Asegúrate de que otras personas que tengan contacto con el niño tomen también esta precaución.
  • 2. Disminuye su exposición al virus.
    Ten presente que besar al bebé puede propagar el virus y recuerda taparte la boca y la nariz al toser o estornudar. Evita, asimismo, que mantengan contacto con él personas u otros niños con gripe o fiebre. Pedirles que se pongan la mascarilla en su presencia puede ser una buena opción.
  • 3. No fumes cerca del bebé o dentro de casa.
    La exposición al humo del tabaco aumenta la probabilidad de contraer la infección por el virus respiratorio sincitial y desarrollar síntomas graves.
  • 4. Evita las multitudes.
    Si tu bebé o niño pequeño pertenece a un grupo de riesgo, intenta evitar lugares muy concurridos durante los brotes de este y otros virus.
  • 5. Si algún familiar o visitante presenta síntomas catarrales: evita que esté en el mismo lugar que tu bebé.
    Podrá visitaros cuando se encuentre recuperado. Y si no es posible por ser conviviente, pídele que emplee mascarilla FFP2 mientras duren sus síntomas.
  • 6. Mantén los objetos limpios.
    Lávalos y desinféctalos adecuadamente, sobre todo, los juguetes, cuando tu hijo o u otro niño de su entorno esté enfermo.
  • 7. Apuesta por la lactancia materna.
    La leche de la madre protege al bebé de las infecciones víricas como la que produce el virus respiratorio sincitial.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.